Es sorprendentemente común: un padre le deja todo a un hijo y simplemente le dice: «Ya sabes qué hacer, divídelo con tus hermanos». Pero el problema es que esto genera presión emocional y riesgo financiero para el hijo. Incluso si cumplen, podrían generar consecuencias fiscales imprevistas, especialmente si los activos no son fáciles de dividir o conllevan obligaciones tributarias (como las cuentas de jubilación antes de impuestos).
Según la normativa actual, la mayoría de los beneficiarios de cuentas de jubilación heredadas que no sean el cónyuge deben retirar la totalidad de los fondos en un plazo de 10 años. Esto significa que si deja una gran cuenta IRA antes de impuestos a un hijo con instrucciones verbales de «compartirla», este no solo es responsable de dividir los fondos, sino que también asume todos los impuestos, a menudo durante sus años de mayores ingresos. Esto no solo es injusto, sino que puede ser financieramente perjudicial.
Tómese su tiempo para revisar su plan patrimonial completo: testamentos, fideicomisos y, especialmente, la designación de beneficiarios. Asegúrese de que sus cuentas de jubilación, pólizas de seguro de vida y cuentas bancarias reflejen sus verdaderas intenciones. Utilice herramientas como las designaciones de Transferencia por Fallecimiento (TOD) o Pagadero por Fallecimiento (POD) para dividir los bienes de forma automática y clara. No dé por sentado que su familia lo resolverá. Su legado merece claridad, no conflictos.
Si está listo para tomar las riendas de su futuro financiero y desea asesoramiento personalizado, reserve una sesión de planificación financiera a través de su portal de participantes o la aplicación Francis LLC, disponible en la app de Apple y Google Play Store, o llámenos al 866-232-6457.
